Los problemas del recurso hídrico del país, aparte de los
problemas de distribución, se concentran en la pérdida de la cantidad y la
calidad debido a la sobreexplotación de las fuentes, el incremento de
desperdicios y la contaminación, el uso de tecnología anticuada, trasvases sin
planificación y la acelerada deforestación.
Otro problema es el tratamiento del agua: menos del 5% del
total del agua utilizada tiene algún tipo de tratamiento, tanto de los vertidos
industriales, agrícolas, mineros, domésticos y químicos. Según la OMS el agua
contaminada es la causante del 80% de las enfermedades.
Sólo el 35% de la superficie total de unidades de producción
de menos de 2 hectáreas (UPAs) tienen algún tipo de riego, que corresponde a
más del 43% del total de UPAs del país, y donde se asientan la mayor parte de
poblaciones campesinas con altos niveles de pobreza y bajo acceso a servicios
básicos y educativos.
Del consumo de agua anual, sin tomar en cuenta la generación
hidroeléctrica, el 81% se destina al riego, el 12,3% al uso doméstico, el 6,3%
al uso industrial y el 0,3% en usos varios; del total de consumo de agua de
riego, el 81% corresponde a sistemas privados extensivos.
Del total del agua captada se estiman pérdidas de traslado
de entre el 15% y el 25% por problemas en la infraestructura.
El 70% del consumo de energía eléctrica depende de la
generación hídrica, es decir, el 50% de la captación y el consumo de agua anual
del país.
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